En el Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, reafirmamos nuestro compromiso con una comunicación que construye, acompaña y transforma.
En un mundo interconectado, donde la palabra vuela más rápido que nunca, la Fundación Educación y Evangelio (FEyE) quiere hacer una pausa para mirar, escuchar y elegir bien cómo comunica. Hoy, 17 de mayo, en el Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, damos un paso adelante y nos unimos al Manifiesto 360 de Comunicación y Marketing Ético, elaborado en común con otras instituciones que forman parte de Escuelas Católicas.
Comunicación con alma y propósito
La comunicación, para la FEyE, no es solo una herramienta: es un acto de encuentro, un gesto de confianza, una oportunidad para animar comunidades movidas por el Evangelio. Por eso, este manifiesto no es una lista técnica, sino una declaración de intenciones profundamente alineada con nuestra identidad.
Nos comprometemos a:
- Escuchar antes de hablar, para comprender verdaderamente a nuestra comunidad.
- Cuidar a las personas como destinatarias principales de nuestros mensajes.
- Comunicar con veracidad, coherencia y esperanza, huyendo del ruido que divide.
- Elegir palabras que sanen, no que hieran, construyendo puentes en lugar de trincheras.
- Evitar la comparación innecesaria, porque cada centro tiene su riqueza.
- Y, sobre todo, a hacer un uso ético y consciente de las tecnologías y la inteligencia artificial, con especial atención a la privacidad de los menores y el respeto a la propiedad intelectual.
Una alianza educativa que comunica desde el Evangelio
Este manifiesto es también fruto del trabajo conjunto con otras instituciones de Escuelas Católicas, con quienes compartimos la misión de educar desde el Evangelio. Nos une el deseo de comunicar con autenticidad y responsabilidad, conscientes del impacto que nuestras palabras e imágenes tienen en la construcción de una sociedad más justa, más humana y más compasiva.
En la FEyE creemos que cada acto comunicativo puede ser también un acto educativo. Que cada mensaje puede sembrar esperanza, cultivar el talento al servicio de los demás y dar testimonio del amor con el que acompañamos a nuestras comunidades.
Porque comunicar es también educar
Hoy más que nunca, cuando la sociedad de la información nos interpela con urgencia, reafirmamos nuestra vocación de ser comunicadores del bien, sembradores de confianza, y artesanos de una narrativa que transforma desde dentro.
Que nuestras palabras reflejen siempre lo que somos: una red de escuelas que cree en las personas, en la comunidad, y en un futuro lleno de esperanza.
Descarga aquí el manifiesto:
